jueves 28 de marzo de 2024
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Serios desafíos a la gobernabilidad




Incertidumbre y falta de paz definen un contexto internacional adverso para América Latina. No habrá viento de cola en las economías que arrastran bajas tasas de crecimiento y fueron ferozmente castigadas por la pandemia. En este contexto, cunde el malestar que anticipa nuevos estallidos sociales. Así lo advierte el informe “Riesgo Político. América latina 2023”, elaborado por el Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Chile (CEIUC), un riguroso inventario de los desafíos que enfrenta la región.

Culmina una segunda década perdida (2014-2013) con una tasa promedio de crecimiento mucho menor que la alcanzada en la década perdida del 80, con las instituciones de integración regional debilitadas y en un contexto de acumulación de crisis globales que configuran el mayor riesgo geopolítico de las últimas tres décadas.

La región tendrá que hacer frente a la inseguridad, el retroceso democrático, las crisis de gobernabilidad y la expansión del crimen organizado entre los desafíos políticos que se perfilan.

El extremismo de derechas globalizadas que se reconocen en el liderazgo de Trump en Estados Unidos, de Orbán en Hungría , de Meloni en Italia y en el ideario de Vox en España, es una novedad en la región. Se trata de derechas antiliberales que buscan canalizar la rebeldía con propuestas antisistema.

Su blanco es la democracia entendida como un juego de castas corruptas; sus liderazgos disruptivos hacen política negando la política y con un discurso populista que opone el pueblo a la casta política. Bolsonaro en Brasil, pertenece a esta familia.

Al igual que Trump, no reconoce su derrota electoral. Le habla al pueblo como pastor elegido de Dios. Como Trump, se dirige al país profundo pero lo hace con investidura teocrática.

El asalto al Capitolio tiene su réplica en el reciente asalto a las sedes de los poderes del Estado en Brasil. Apropiándose de la bandera como sello de identidad, con el lema “Brasil es nuestro”, es verde amarillo y no rojo, es “Democracia contra Comunismo”, es “Dios, Patria y Familia”, asoma una nueva amenaza. Una encuesta de Atlas sobre Brasil después de la insurrección registra que casi el 40% cree que Lula no ganó la elección y casi el 37%. se muestra a favor una intervención militar para invalidar los resultados de las elecciones de octubre 2022.

Cuando el voto, fundamento de la legitimidad de origen de un mandato se desconoce, la democracia naufraga. La democracia supone la renovación de las dirigencias sin derramar sangre. Negar el valor del voto es abrirle las puertas a la violencia. No extraña que los bolsonaristas exclamasen durante la campaña electoral “Si no gana , habrá guerra”.

El asalto a las instituciones fue el inicio de esa guerra que, parece, habrá de ser prolongada y librada tanto en las calles como en el Parlamento, con la poderosa herramienta de las redes.

Estos son tiempos de rabia y caos, de efervescencia social y de voto castigo. Acaso la irrupción de Trump es el parteaguas entre dos ciclos políticos. Bien advertía Joschka Fischer, ministro de Asuntos Exteriores alemán entre 1998 y 2005, que el orden occidental de la posguerra había sido tocado de muerte por la elección de Donald Trump como presidente de EE.UU. La violencia en Perú, un país de extrema fragmentación política, compone el panorama de incertidumbre política que sacude a la región.

En la Argentina crece el extremismo de una derecha globalizada que representa Javier Milei, un economista anarco libertario que atrae sobre todo a jóvenes que no ven una salida en una sociedad a la que describe bien la metáfora de la playa de estacionamiento.

Asistimos a una reconfiguración del mapa partidario que venía girando alrededor de dos coaliciones aunque la doble vuelta hace poco probable el triunfo de terceras fuerzas. Sin embargo, el electorado que se autodefine “de derecha” crece en las encuestas. El pesimismo que registran los sondeos, combinado con la intolerancia de una sociedad polarizada, alimenta liderazgos dispuestos a arrasar con lo existente.

A menos de un año de las elecciones presidenciales, la incertidumbre sobre sus resultados contrasta con la certeza de que si la coalición opositora triunfa, tendrá una corta luna de miel, como ha ocurrido con las presidencias de Boric en Chile y de Petro en Colombia, país donde regresó la violencia.

Los desafíos a la gobernabilidad se amplifican en una Argentina que registra el 95% de inflación anual, tiene el 40% de su población en la pobreza y una tasa de inversión con relación a su PBI que es la más baja de la región.

Sus exportaciones no generan trabajo y su errática política internacional está sometida a los avatares domésticos. El reciente desacato del fallo de la Corte Suprema contra el recorte de fondos a la ciudad de Buenos Aires es una muestra más de inseguridad jurídica en un país que carece de moneda e inversiones.

La política consiste en encontrar un rumbo en medio de las ruinas. A pesar de todo, el mundo de hoy nos ofrece oportunidades. ¿Podremos evitar que ésta sea otra oportunidad perdida?

Publicado en Clarìn el 19 de enero de 2023.

Link https://www.clarin.com/opinion/serios-desafios-gobernabilidad_0_4veDXopOGV.html

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