viernes 26 de abril de 2024
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Miguel Bazze: El gobierno del Frente de Todos está “absolutamente agotado”

El diputado Miguel Bazze juzgó como “preocupante” y “peligrosa” la situación económica y social que atraviesa el país, al tiempo que dijo estar “convencido” que el gobierno de Alberto Fernández “se ha quedado sin capacidad de respuestas” y “no tiene idea de cómo salir de los graves problemas que vive hoy la Argentina”

El diputado nacional de la UCR y de Juntos por el Cambio, Miguel Bazze, consideró “preocupante” y “peligrosa” la situación económica y social que atraviesa la Argentina; dijo estar “convencido” que la administración de Alberto Fernández “se ha quedado sin capacidad de respuestas” y “no tiene idea de cómo salir de los graves problemas”, a la vez que sostuvo que sería “muy bueno” que Juntos por el Cambio se haga cargo de la gestión de gobierno desde diciembre al alentar un triunfo de la coalición en las próximas elecciones presidenciales tras asegurar que en ese espacio político “existen propuestas serias” para producir un cambio en el rumbo actual del país.

En una entrevista con Nuevos Papeles, el diputado Bazze, secretario general de la bancada de la UCR en la Cámara baja, sostuvo que “el gobierno tiene la obsesión de garantizar la impunidad de los funcionarios del último gobierno del kirchnerismo” y, en particular, de Cristina Fernández de Kirchner y con ese objetivo ha desatado un “enfrentamiento” con la Corte Suprema de Justicia, a cuyos miembros el oficialismo quiere someter a un juicio político en el Congreso pero advirtió que el oficialismo “se equivocan” porque “nadie va a dejar de pensar en la inflación porque exista un juicio político” tanto como “nadie va a dejar de pensar en el problema de inseguridad porque exista el juicio político”, remarcó el legislador bonaerense.

Está claro que la situación económica y social del país es altamente compleja y el gobierno no parece poder controlar las principales variables económicas, entre ellas la inflación, pero se inclina en insistir con una ‘agenda política’ que incluye, entre otras cuestiones, avanzar en el Congreso con el juicio político a la Corte Suprema de Justicia ¿Qué caracterización hace de la situación?

En primer lugar diría que se trata de una situación muy preocupante, muy peligrosa. Yo creo que muy peligrosa porque estoy convencido que el gobierno se ha quedado sin capacidad de respuestas, no tiene ideas para de cómo salir de los graves problemas que vive hoy la Argentina y que son cada vez más graves. Uno de esos problemas es efectivamente la inflación y el gobierno no tiene ningún instrumento macroeconómico para resolverlo. El gobierno intenta transmitirle a la sociedad que está tratando de hacer algo para disminuir la inflación con, por ejemplo, el programa de precios justos que, en realidad, no sirve para nada. La presencia días atrás del Secretario de Comercio (Matías Tombolini) en la comisión de Comercio de la Cámara de Diputados sirvió para ratificarlo. El propio Secretario de Comercio terminó diciendo que el programa de precios justos no alcanza para resolver la inflación y eso es cierto. No alcanza para resolver el problema de la inflación. Ni siquiera alcanza para disminuir el costo de los artículos más esenciales de la canasta familiar. Entonces el problema es que el costo de vida sigue aumentando mes tras mes y todos hemos visto el festejo que exhibía el gobierno cuando bajo un poquito la inflación hace dos meses pero esta rápidamente volvió a niveles como el de enero, del 6% y el mes de febrero, desde mi punto de vista va a ser difícil y el mes de marzo también. Todo esto nos va a ubicar en una inflación anual superior al 100% y, por lo tanto, vamos a tener una situación muy compleja.

La inflación es uno de los grandes problemas que tenemos en el país desde el punto de vista de la situación económica pero no es el único.

Así es. La inflación es uno de los grandes problemas que tenemos en el país desde el punto de vista de la economía pero el otro problema que tenemos es que seguimos perdiendo reservas en el Banco Central y va a ser casi imposible que el gobierno pueda cumplir con las metas fijadas, en cuanto a las reservas, con el Fondo Monetario Internacional y más allá de que logre acordar con el Fondo Monetario Internacional una postergación en cuanto al cumplimiento de las metas que acordó, lo cierto es que el tema central pasa por la incapacidad del gobierno de acumular reservas y eso quiere decir que vamos a seguir con una debilidad importantísima desde el punto de vista econonómico.

La otra cuestión realmente peligrosa y a la que el gobierno le resta importancia es la cuestión de las importaciones. Hoy en la Argentina tenemos un problema muy severo en cuanto a la limitación a las importaciones y son muchos los sectores que están afectados por esta situación, muchos sectores de la producción que están afectado por esta situación y esto va a generar una caída de la producción industrial importante en la Argentina en los próximos meses y esto va a tener consecuencias también desde el punto de vista económica e, incluso, desde el punto de vista social porque va a haber empresas que van a tener que empezar a suspender personal y, por lo tanto, se va a producir una situación aún más compleja. De hecho, cuando el Secretario de Comercio estuvo en la Cámara de Diputados dijo ‘…bueno, nosotros no nos vamos a preocupar tanto por las pelotitas de golf, las máquinas tragamonedas o los patines de hielo…’ pero nosotros no estamos planteando o reclamando soluciones en torno a las pelotitas de golf o las máquinas tragamonedas pero sí, por ejemplo, con otras cuestiones como el hecho de que no hay papel en la Argentina, no se importa como no se importa artículos vinculados con la iluminación y no se pueden fabricar tampoco en el país porque no hay insumos, que se importan, como para hacerlo y lo único que se puede fabricar en la Argentina son las carcasas (de esos artículos) y lo mismo sucede en otros rubros como en el caso de la construcción. Todo determina una situación muy compleja respecto de la producción.

Hay otros tantos  problemas en el país ¿no?

Claramente. Por ejemplo la cuestión de la inseguridad, el crecimiento del narcotráfico; que el Presidente de la Corte (Suprema de Justicia) le haya tenido que pedir al ministro de Seguridad de la Nación (Aníbal Fernández) que por favor instrumenten medidas de seguridad para resguardar la vida de los jueces en la provincia de Santa Fe o en la Ciudad de Rosario es una demostración de la compleja situación en que estamos viviendo.  Y, además, el gobierno no tiene capacidad de reacción frente a situaciones como la que se está viviendo en Rosario o en Santa Fe; es un gobierno, insisto, que no tiene capacidad para reaccionar frente a los graves problemas que vive la Argentina. Y, por eso, es que, como dije al principio, también la situación es preocupante en el país. El gobierno lo único que hace es tratar de impulsar proyectos vinculados con la cuestión electoral.

Entiendo que se está refiriendo a las cuestiones vinculadas con las divergencias internas del oficialismo…

Sí, exactamente. Todo esto que hace el gobierno con la cuestión de la mesa política del Frente de Todos solamente están orientadas a la cuestión electoral pero no hay nada, absolutamente nada que demuestre que está en condiciones de resolver los problemas de la población o que esté llevando adelante medidas en beneficio del país. Un último ejemplo, casi grotesco. Que en la reciente visita al país del canciller alemán (Olaf Scholz) el gobierno haya sido incapaz de tratar de lograr algún acuerdo importante, con un país tan importante como es Alemania, para mejorar la situación económica de la Argentina demuestra que estamos frente a un gobierno que, desde este punto de vista para mí, está absolutamente agotado.

En medio de este escenario que usted plantea el oficialismo en el parlamento, en la Cámara de Diputados, avanza en esa ‘agenda política’ que le mencionábamos al principio con temas, que fueron incluidos en la convocatoria a sesiones extraordinarias del Congreso, como el juicio político a la Corte, la reforma al Consejo de la Magistratura con pronunciamientos, en este último caso, de alentar al Presidente a que se haga a través de un decreto. ¿Cuál es su mirada?

En esto hay varias cuestiones que concurren en esto que usted me plantea. La primera de ellas: El gobierno tiene la obsesión de garantizar la impunidad de los funcionarios del último gobierno del kirchnerismo y, sobre todo, de la actual Vicepresidenta de la República (Cristina Fernández de Kirchner) y para eso lo que genera es este enfrentamiento con la Corte porque tiene como objeto principal cuestionar a la Corte y desarrollar una presión permanente sobre el Poder Judicial. Este es uno de los objetivos, Insisto, ir por el juicio político a la Corte para presionar al Poder Judicial precisamente porque quieren garantizar la impunidad a los funcionarios del anterior gobierno kirchnerista. Por otro lado, en esto, tuvo que ver el tema de la discusión del gobierno nacional con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por la cuestión de la coparticipación y ahí hay también un error importante del gobierno nacional al actuar como actuó respecto de los recursos que le corresponden a la Ciudad de Buenos Aires. Está claro que tenemos que debatir en la Argentina seriamente todo el tema de la coparticipación y en ese marco resolver la situación de la Ciudad de Buenos Aires y de las provincias; nadie niega que esta no sea una discusión pendiente en la Argentina pero lo que no se podía hacer es actuar como actuó el gobierno nacional con el recorte de recursos que dispuso a la Ciudad de Buenos Aires. Como existe un fallo de la Corte en este sentido que beneficia a la Ciudad de Buenos Aires el gobierno reaccionó como lo ha hecho.

Pero, en mi criterio, además, lo que el gobierno está haciendo es tratar de distraer la atención de la población, a través de este tema del juicio político a la Corte, en la creencia de que con ello la gente va a dejar de poner atención en los gravísimos problemas que enfrenta el país. Pero en eso ¡se equivocan! ¿Y por qué  digo que se equivocan?: Porque nadie va a dejar de pensar en la inflación porque exista un juicio político; nadie va a dejar de pensar en el problema de inseguridad porque exista el juicio político. Me parece que el gobierno lo único que hace es generar mayor nivel de incertidumbre en la Argentina con lo cual cualquiera que piense por algún momento invertir en la Argentina, sea un inversor del exterior o sea un argentino que quiera llevar adelante algún emprendimiento econonómico, va a limitarse en hacerlo precisamente por esta desconfianza que genera el propio gobierno avasallando a las instituciones.     

Hay una percepción que usted me dirá si es errónea o no de anomia, de desilusión con la política en la población en virtud de que no parece encontrar esperanzas hacia adelante, a futuro. Si ello es así y esa sensación se mantiene o se profundiza ¿Cómo cree que la sociedad reaccionará en las urnas este año?

Creo que hay mucho de eso que usted dice. Creo que parte de eso tiene que ver con la política, con que desde la política no hemos actuado, a lo mejor, con la suficiente seriedad y responsabilidad como para ofrecer alternativas distintas y me parece que ese es el gran desafío que tenemos; yo creo que el gran desafío que tenemos desde la política es ofrecer propuestas, mejorar la calidad del debate político justamente a partir de ofrecerle alternativas a la sociedad. El debate político ha caído muchísimo en cuanto a su nivel, cada vez se discute menos sobre proyectos y propuestas para un modelo de país distinto, creo que cada vez tiene menos contenido el debate y eso hace que se terminen discutiendo situaciones casi absolutamente superficiales. Hay muchos debates pendientes en la Argentina; tenemos que debatir muy seriamente de cara a la sociedad qué vamos a hacer, por ejemplo, con las leyes vinculadas al trabajo. De ninguna manera estoy a favor de reducir los derechos que hoy tienen los trabajadores pero creo que hay que tener un proyecto, una propuesta distinta, para lo que debemos hacer hacia el futuro. Nosotros tenemos una nivel de trabajadores ‘en negro’ que es altísimo y lo tenemos que hacer porque es necesario incorporar a esa gente al trabajo ‘en blanco’ porque, de esa manera, esos trabajadores, que hoy están trabajando ‘en negro’ y pueden trabajar de manera ‘formal’, que pasen a estar ‘formalizados’ van a poder tener resguardados sus derechos pero, además, ello permitirá tener una situación distinta en cuanto a los recursos del sistema previsional. Este es uno de los grandes debates pendientes que tenemos en la Argentina.

Desde el radicalismo se están haciendo muchas propuestas vinculadas, por ejemplo, con el tema de la energía porque la energía es, sin duda, una de las herramientas de crecimiento econonómico que puede tener la Argentina; hay otro debate muy profundo que debemos darnos tiene que ver con la calidad y los programas en materia de educación que creo que hay que adaptarla a los tiempos que vivimos, hay que replantarse algunos paradigmas educativos que tienen que adaptarse a la posibilidad de una Argentina en crecimiento y desarrollo y que están vinculados al avance de la tecnología y la ciencia.

Son muchas las cuestiones pendientes…

Digamos que se trata de cuestiones que están pendientes de debatir y me parece que eso debates hay que hacerlos de cara a la sociedad. La sociedad tiene que vernos debatiendo ideas, propuestas y, además, tenemos que discutir de cara a la sociedad los problemas estructurales de la Argentina de la economía y otros como el tema de la inseguridad porque en esto último tenemos un problema de carácter estructural vinculado. Es una responsabilidad de las fuerzas políticas ofrecerle alternativas al conjunto de la sociedad para que la sociedad justamente empiece a vislumbrar alternativas para luego, en definitiva, elegir una opción. En la medida en que los partidos políticos simplemente discutamos cuestiones muy puntuales, muy coyunturales, sin profundidad en el debate, la sociedad no va a encontrar propuestas que le sirvan para entender que podemos superar la situación en la que nos encontramos.

La Argentina puede salir rápidamente de la situación casi trágica que estamos viviendo en la medida en que seamos capaces de poner en marcha algunas de las propuestas sobre las que estamos trabajando en el radicalismo y en Juntos por el Cambio. Y esto hay que transmitírselo a la sociedad que percibe que estamos enmarañados y sin capacidad de generar propuestas que terminen con estas situaciones que la afligen.

Usted sabe que hay en una franja de la sociedad que espera que Juntos por el Cambio explicite propuestas de soluciones concretas a los problemas que padece y que están referidas a lo que hoy se conoce como el ‘metro cuadrado’ de cada ciudadano. En trazos gruesos ¿cuáles serían esas medidas que debiera propone la coalición para concitar la adhesión del electorado y abrir chances concretas de concretar la aspiración de ejercer el gobierno?

Una muy buena alternativa para el país es que Juntos por el Cambio llegue al gobierno. Y no lo digo como una simple pretensión de Juntos por el Cambio. Creo que sería muy malo para el país que Juntos por el Cambio no llegara al gobierno. Nosotros tenemos que hacer un esfuerzo enorme para que la sociedad comprenda e internalice que el kirchnerismo no puede seguir gobernando el país porque un nuevo período de gobierno del oficialismo nos llevaría a una destrucción de la Argentina de la que será muy difícil salir después. Es fundamental que Juntos por el Cambio llegue al gobierno.

Los equipos técnicos de las fuerzas que integran Juntos por el Cambio, los del radicalismo, los del PRO, los de la Coalición Cívica, los del Peronismo Republicano, están trabajando muy bien y de manera muy coordinada sobre la generación de muchas propuestas importantes dirigidas a resolver los problemas del país. Tengo la impresión que en el único espacio político en el que existen propuestas serias es en Juntos por el Cambio porque está claro que desde el gobierno actual no existe esto porque si existiera deberían estar implementando las propuestas y no las implementan porque no las tienen. Y en otros sectores de la oposición lo que veo es un discurso absolutamente irresponsable, sin ningún tipo de contenido serio. Por eso, insisto, creo que donde se están generando propuestas realmente serias e importantes es en Juntos por el Cambio y allí el radicalismo está haciendo un aporte dentro de ese espacio muy importante en cuanto al desarrollo de algunos programas macroeconómicos que tienen que ver con, por ejemplo, la política monetaria, la política cambiaria, reducir el déficit fiscal y, además, sobre otras cuestiones vinculadas con la microeconomía, con el desarrollo de determinados sectores que pueden llegar a generar niveles de inversión muy importantes para garantizar la posibilidad de encaminar al país rápidamente hacia un proceso de crecimiento económico. Y esto está vinculado fundamentalmente al tema de la inversión en el sector de la minería, de la inversión en energía. Por supuesto que siempre tenemos la presencia a favor del crecimiento el desarrollo del campo, de la agroindustria, que son sectores fundamentales para la economía argentina, lo mismo el desarrollo del turismo. Tenemos fortaleza en la Argentina; tenemos la industria, el campo, el desarrollo de la economía del conocimiento, el desarrollo energético…

De lo que nos dice usted se infiere que hay entonces propuestas que pueden contribuir para que la Argentina pueda salir de la crisis.

Hay una cantidad de propuestas en torno a resortes importantes como para generar niveles de inversión interesantes y de actividad económica para que mejore la situación. Y hay otros aspectos que no tienen que ver con la economía y a los que me he referido vinculados con propuestas en educación, en seguridad, en seguridad social. Hay una cantidad de temas importantes en los que se están estudiando y generando propuestas así como se está trabajando en lo que tiene que ser una política exterior distinta que instale a la Argentina en niveles de mayor capacidad de comercio exterior. Lo que digo es que el radicalismo está trabajando muy bien y muy coordinadamente con las otras fuerzas políticas con las que compartimos el espacio de Juntos por el Cambio.

Y en cuanto a la Provincia de Buenos Aires ¿Qué mirada tiene?

La verdad es que la gestión actual de gobierno en la Provincia de Buenos Aires es muy mala, el gobierno de (Axel) Kicillof es muy malo. Todos los gobiernos justicialistas en la Provincia de Buenos Aires desde 1987 hasta hoy fueron malísimos y por eso la provincia tiene la situación que tiene y, sobre todo, la situación del Gran Buenos Aires. La verdad es que no hubo nunca una gestión justicialista que haya resuelto los problemas más importantes que sufre la provincia y el Gran Buenos Aires. Nosotros en la provincia tenemos un potencial enorme de producción en el interior y un potencial importante de producción industrial en el Gran Buenos Aires y los sucesivos gobiernos justicialistas en la provincia nunca pensaron seriamente en la posibilidad de generar riqueza a partir de ese capital enorme.

Pero, además, seguimos con situaciones realmente complejas; no tenemos un programa de salud serio para la provincia de Buenos Aires y es una provincia absolutamente vulnerable desde el punto de vista de la atención de la salud a pesar de tener un capital humano ¡fenomenal!

Tenemos una cantidad de profesionales, de médicos y paramédicos en el sistema de salud  importantísimo, de primerísimo nivel y, sin embargo, por falta de previsión y inversión del Estado provincial no tenemos un sistema de salud que funcione adecuadamente.

No tenemos un sistema de seguridad que funcione adecuadamente porque no tenemos tampoco una planificación en materia de seguridad y vamos a tener que trabajar muy seriamente en lo que tiene que ver con el sistema carcelario de la Provincia de Buenos Aires que no sirve para la reeducar a los internos y también tenemos que trabajar en una organización distinta de la policía que tiene que están bien para pero también bien formada y organizada como para prevenir mejor el delito. Y tenemos que trabajar también en la Justicia para que tengamos una Justicia más ágil y que se termine con las salidas anticipadas (de quienes están detenidos) que han arrojado una muy mala experiencia.

Por otra parte, tenemos un sistema educativo obsoleto en la Provincia de Buenos Aires a pesar de tener muchísimos maestros, muchísimos docentes, de primerísimo nivel y, sin embargo, tenemos una situación generada por un peso absolutamente indebido de la conducción de un determinado gremio que se termina imponiendo hasta en la cuestión pedagógica y nos limita en la calidad del sistema educativo que está, lamentablemente, muy por debajo del nivel educativo que deber tener los alumnos para ingresar después a la universidad o para incorporarse al mercado de trabajo y en esto hay que trabajar rápidamente. Hay mucho por hacer en la provincia y para mejorar en la calidad de vida, con la prestación de mejores servicios, para aquellos que habitan en el Gran Buenos Aires.

¿Cree que puede haber un corrimiento del voto en las elecciones tanto a nivel nacional como en la Provincia de Buenos Aires hacia expresiones que se las encuadra ideológicamente en lo que se podría llamar la extrema derecha que se personalizan, por ejemplo, en la figura de Javier Milei?

Lamentablemente existe el voto bronca, el voto de desesperanza y digo lamentablemente porque es malo, y no porque pueda haber quien quiera votarlo a él, sino porque lo que es malo es que un sector de la sociedad este pasando por una situación de bronca y de desesperanza que lo haga actuar de esa manera; hay que revisar cuáles son las causas por las que se genera esa bronca y tratar de resolverlas y justamente mejorar la calidad de vida de todos los argentinos. Pero creo que, efectivamente, hay una porción de ese voto bronca que se podría canalizar a través de la figura de Milei. Lo negativo de esto es que no es un voto orientado en determinada dirección, con una esperanza en determinada dirección sino que más bien, desde mi punto de vista y a lo mejor me equivoco, es un voto de protesta. Lo ideal sería ir detrás de una idea positiva; es un voto que expresa el rechazo a todo lo que se está viviendo hoy en la Argentina.

Pero todo depende mucho de lo que hagamos nosotros desde ahora hasta las elecciones y por eso me parece muy bien que nos planteemos esto, que creo absolutamente necesario, de mostrarle a la sociedad alternativas y propuestas y desde allí poder decirle a la sociedad que desde el gobierno de Juntos por el Cambio vamos a poder resolver los problemas que enfrenta el país a través de poner en marcha determinadas políticas en las que se está trabajando muy bien desde los equipos técnicos de Juntos por el Cambio.

¿Podría ocurrir que el kirchnerismo o el Frente de Todos generar condiciones para retener el poder a nivel nacional y en la Provincia de Buenos Aires?

Creo que es muy difícil que ello pueda suceder. Creo que lo grave sería que crearan condiciones nada más que para aspirar a ganar las elecciones y no para resolver los problemas que generó el kirchnerismo desde el gobierno. Y lo que creo es que está claro que el kirchnerismo no está en condiciones de resolver los problemas que atraviesa el país y ni siquiera están en condiciones de ir alivianando los problemas de fondo que tiene la Argentina. Los problemas se va a ir agravando y el gobierno no está en condiciones de resolverlos. Y, además, creo que la disputa que se da dentro del Frente de Todos entre lo que es el núcleo duro del kirchnerismo y el peronismo, sobre todo del interior, termina incluso agotando lo que fue el peronismo tradicional en la Argentina. A mí me parece que el kirchnerismo que pretendió convertir al conjunto del peronismo en kirchnerismo lo que hizo es terminar con el agotamiento del peronismo y que es lo que hace que hoy no tengan ningún tipo de reacción ante los problemas del país. Obviamente, como tienen instrumentos de poder, manejan sin escrúpulos a muchos gobernadores e intendentes con recursos del Estado creen que pueden ganar elecciones en algunas provincias y municipios a partir de un electorado cautivo que está basado en administra de la peor manera esos recursos públicos.

¿Visualiza la posibilidad que efectivamente el candidato presidencial y a gobernador de la provincia de Juntos por el Cambio sean de origen radical? 

Sin que mi respuesta vaya en desmedro de ninguno de los otros postulantes de las fuerzas que integran Juntos por el Cambio creo que sí y desearía que así sea.

Tenemos el mayor de los respetos hacia Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Elisa Carrió, María Eugenia Vidal, por todos…

De todos modos, creo que sería muy bueno que el candidato a presidente de Juntos por el Cambio sea de la Unión Cívica Radical. Me parece que el radicalismo tiene una experiencia importantísima a lo largo de la historia; la UCR ha resuelto problemas gravísimos que se plantearon en la historia argentina. El último grave problema que tuvimos en la Argentina era cómo hacíamos para consolidar la democracia. Y resolvió el gobierno radical de Raúl Alfonsín. Hoy gobernamos provincias como el caso de Jujuy, Corrientes y Mendoza en las que el radicalismo demuestra una capacidad ejemplar de gestión; gobernamos una cantidad enorme de municipios en todo el país y en las que esas administraciones son un ejemplo de gestión y creo, sinceramente e insisto con todo respeto por quienes integran las otras fuerzas en Juntos por el Cambio, en el radicalismo tenemos los mejores equipos técnicos.

Y esto mismo que dice para el caso del candidato a Presidente lo trasladaría a la Provincia de Buenos Aires.

Por supuesto. Tenemos un gran respeto por todos aquellos que siendo de las otras fuerzas de la coalición aspiran a ser candidatos a gobernador en la Provincia de Buenos Aires. Aspiro a que el candidato a gobernador sea radical. Las mejores gestiones de gobierno en la Provincia de Buenos Aires fueron las de Alejandro Armendáriz, de 1983 a 1987 y, luego, la de María Eugenia Vidal del 2015 al 2019. La gestión de Armendáriz fue brillante con mejoras importantísimas en materia de salud, educación y la situación de la seguridad. Cuando Armendáriz se hizo cargo de la Provincia de Buenos Aires en 1983 en la Policía de la Provincia de Buenos Aires estaban todavía los personajes de (Ramón) Camps instalados y había que sacarlos de las jefaturas de la policía porque habían sido represores durante la última dictadura; había que avanzar en esa dirección y se avanzó. Nunca existió en la provincia de Buenos Aires un tiempo tan tranquilo desde el punto de vista de la seguridad de los bonaerenses como el que hubo de 1983 a 1987. En el ’87, cuando llega (Antonio) Cafiero a la gobernación ya empiezan a producirse problemas de inseguridad graves y ya empiezan a producirse, incluso, connivencia entre algunos sectores de la propia policía y sectores vinculados al juego primero y al narcotráfico después en la Provincia de Buenos Aires y, particularmente, en el Gran Buenos Aires. En ese tiempo en que el radicalismo gobernó la provincia lo hizo muy bien y yo creo sinceramente sería una muy buena noticia que haya un próximo gobernador radical.

 

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