jueves 25 de abril de 2024
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María José Navajas: “Tenemos una responsabilidad mayor en las decisiones que tomamos sobre la salud de los niños”

María José Navajas es una de las impulsoras del colectivo Padres Organizados. A un año del comienzo de esa experiencia la entrevistamos para hacer un balance del trabajo realizado, la realidad actual y el impulso dado a la vacunación en niños sin tener aun evidencia científica del tema. En este punto cabe aclarar que la entrevista se realizó días antes de conocerse que la Ministra de Salud, Carla Vizzotti había omitido una vez más informar cuál era el estado real de la vacunación en China.

A un año de comenzar con la actividad de Padres Organizados, ¿qué balance se puede hacer de lo hecho hasta ahora y lo logrado?

El balance tiene aspectos positivos y negativos. Creo que la movilización y el activismo fue clave para incidir en la agenda pública y presionar a los gobiernos para romper una situación de inmovilismo que se había establecido el año pasado, sin embargo, no fue suficiente para garantizar el derecho a la educación para todos los chicos de nuestro país. Lamentablemente, los más castigados son aquellos sectores que más precisan de la escuela como espacio de contención de las deficiencias familiares.

Sabemos que aun la presencialidad no es total en el país, entonces, ¿qué crees que queda por hacer para llegar a ese objetivo?

La disparidad en la recuperación de la presencialidad plena tiene que ver con problemas edilicios que, si bien eran previos, se agravaron con la decisión de mantener los establecimientos educativos cerrados. Asimismo, hay problemas recurrentes por la falta de personal docente y de auxiliares. A esto se suman los paros docentes que, en provincias como Neuquén, Chubut y Santa Cruz, afectaron el calendario escolar comprometido. También hay que tener en cuenta que, incluso en los distritos donde se alcanzó un mayor nivel de presencialidad, la vigencia de protocolos tan estrictos (especialmente la decisión de aislamientos generalizados) restó días de clases que, además, no fueron compensados porque no se les exigió a las instituciones cumplir con una oferta de clases virtuales. Por último, una situación que se conoce menos, pero que también afectó la continuidad de la presencialidad en algunos municipios del interior de país, fue la potestad de los Intendentes de dictaminar cierres (el caso más reciente es el del municipio de Sacanta, Córdoba, pero también ocurrió en varias ocasiones en la provincia de Entre Ríos). Sin duda es un abuso de atribuciones ya que la educación no es competencia municipal, sin embargo las autoridades provinciales se desentienden del problema.

No lograron reunirse con el exministro Trotta. ¿Por qué crees que se dio esa actitud esquiva por parte de la cartera de educación? ¿Cambió algo con la nueva gestión?

No lo sé. Me resulta incomprensible lo que pasó porque nos habían contactado desde el ministerio para concretar la reunión y habíamos logrado definir una fecha. Luego nos dijeron que había que posponer la reunión porque Trotta debía cumplir unos días de aislamiento, pero nunca se estableció una nueva fecha a pesar de nuestra insistencia. Cabe mencionar que sí recibió al grupo de familias que resistían la presencialidad (una agrupación llamada “Familias por el Retorno Seguro” formada en enero de este año).

Por ahora no advertimos ningún cambio con el nuevo ministro, más allá del anuncio de presencialidad plena que se aprobó en el Consejo Federal de Educación a manera de “recomendación” para las provincias. Por otro lado, se anunció una partida presupuestaria destinada a la revinculación de los chicos que quedaron afuera del sistema escolar, pero no hay información pública sobre el número exacto de estudiantes desvinculados y tampoco se conoce cuál va ser la estrategia para reinsertarlos y menos aún si se contempla algún mecanismo de monitoreo de la situación de esos chicos.

Además de la recepción por parte de la ministra de la ciudad, ¿en otros distritos lograron algún tipo de reconocimiento institucional?

En muy pocos distritos los funcionarios del área se mostraron proclives a dialogar con los grupos de Padres Organizados. En las provincias de Neuquén, Río Negro, Córdoba, Chubut, Entre Ríos, Santa Fe y Mendoza se concretaron algunos encuentros, pero en general las respuestas de las autoridades estuvieron lejos de conformar los cuestionamientos planteados en cada ocasión. Aunque tempranamente solicitamos la modificación de protocolos para avanzar en la presencialidad (y ofrecimos abundante evidencia sobre las experiencias de distintos países), nos encontramos con respuestas imprecisas de parte de los funcionarios y con lecturas desactualizadas o desinformadas. Creo que es un problema que va más allá de la cuestión puntual que nuclea a Padres Organizados, hay un ejercicio muy limitado de la interacción entre la ciudadanía y los funcionarios públicos y, lo que es más preocupante, muy poca transparencia sobre los datos que orientan las políticas públicas.

Entiendo que no hay una posición unánime respecto a la vacunación de los chicos de menos de once años. Sin embargo, me gustaría conocer tu opinión al respecto, sobre todo a la necesidad que he observado desde el Estado de correlaccionar vacunación con regreso total a las aulas. ¿Hay alguna evidencia empírica al respecto?

Personalmente sigo sin entender las razones para impulsar la vacunación de los menores en estas circunstancias y con la evidencia disponible. En ninguno de los países que actualmente tienen presencialidad completa (varios de ellos sin ningún tipo de protocolo como Noruega, Dinamarca y Suecia) se supeditó el regreso a las aulas a la vacunación pediátrica. Lo poco que sabemos de la vacuna que se está utilizando en Argentina para vacunar a los chicos menores de 12 años es que no tiene los avales suficientes para ser incorporada al calendario obligatorio, es decir, todavía no cumplió las fases previstas para su aprobación completa. En los mayores era comprensible la utilización de vacunas con aprobación de emergencia porque el riesgo frente al virus lo justifica en términos individuales y también sociales, pero con los niños no existen esos motivos. Por lo cual se podría haber esperado un tiempo más y completar las fases de investigación y la farmacovigilancia. Además, creo que tenemos una responsabilidad mayor en las decisiones que tomamos sobre la salud de los niños, porque ellos confían en nosotros, no tienen la posibilidad de elegir si les ponemos una vacuna o no (lo mismo pienso con respecto al uso del barbijo que, si bien puede parecer una intervención inocua, la realidad es que nunca en la historia de la humanidad se impuso una medida de estas características por tanto tiempo a los niños).

Entiendo que fue a título personal, pero dado que integraste una de las listas que compitieron en la PASO, ¿cómo relacionas la pelea desde la acción de la sociedad civil, en este caso concretamente el retorno a las aulas en el contexto inédito de lo que todos vivimos estos dos años, con la posibilidad de dar la pelea desde adentro de las instituciones?

Pienso que la experiencia (en lo que respecta a mí, absolutamente novedosa) de este activismo de la sociedad civil es un insumo fundamental para cualquiera que llegue a un cargo público. El trabajo desde el llano, por fuera de las estructuras partidarias, puede fortalecer una mirada y una sensibilidad que muchas veces está ausente en quienes siempre trabajaron desde los partidos políticos o en puestos estatales.

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