jueves 18 de abril de 2024
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Diego Martínez: ¿Adónde va Kicillof?

En el discurso de apertura de sesiones legislativas, el Gobernador de Buenos Aires definió sus objetivos prioritarios pero se mostró combativo con los socios naturales para lograrlos.

Esta semana el gobernador Kiciloff dio su discurso en la apertura de sesiones en la legislatura bonaerense. Allí hizo referencia a la situación política en la provincia de Buenos Aires con muchas menciones a lo que denominó como “datos objetivos” de la herencia recibida de María Eugenia Vidal.

Analicemos otros datos objetivos que definen la situación política en la provincia de Buenos Aires.

En primer lugar, Axel Kicillof, como todos sabemos, no es un dirigente de la provincia de Buenos Aires. Esto el peronismo ya lo conoce porque en 1999 así fue electo Ruckauf y en el año 2007 Scioli por el presidente Kirchner.

Pero a diferencia de esos casos, en esta ocasión el gobernador enfrenta dos situaciones muy especiales; la primera de ellas, no tiene mayoría en la legislatura, especialmente, en el Senado. Allí Juntos por el Cambio tiene 26 bancas sobre 46. Pero además el gobernador Kiciloff va a tener que comparar todo el tiempo su gestión con la de María Eugenia Vidal.

Esto es un hecho inédito. El peronismo durante 28 años gobernó sin comparaciones con la breve excepción del gobernador Cafiero en el año 1987. Estos desafíos definen un poco cómo deberíamos comprender el discurso del gobernador.

Kicillof hizo énfasis en dos aspectos centrales: la situación económica y la deuda social.

En referencia a la situación económica, está muy claro que el gobernador necesita el acuerdo para presupuesto y además para endeudamiento (que requiere las dos terceras partes de ambas cámaras).

En cuanto a la deuda social requiere coordinar, indispensablemente en el conurbano, políticas con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, especialmente en transporte, empleo, salud y educación.

De su discurso no se desprenden muchas cuestiones y argumentos tendientes a producir estos acuerdos. Veremos entonces si este discurso fue un discurso desafortunado o está abriendo un nuevo debate en la política de la provincia de Buenos Aires- de fuerte enfrentamiento con la oposición y con lo que el propio gobernador definió como “porteños”.

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