viernes 29 de marzo de 2024
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Andrés Malamud: “Este referéndum sobre el Brexit fue un desastre”

Por Luciana Berman

 

Andrés Malamud es un destacado politólogo graduado de la UBA. Aunque al principio empezó a estudiar para ser analista en sistemas, pronto se decidió por la Ciencia Política. Quería entender la política y para eso, además de estudiarla, sostenía que debía militarla: “Sólo los genios entienden la política sin haberla experimentado, y conozco muy pocos. No tenía idea de lo que iría a hacer de grande, pero para manejar un taxi cualquier diploma me servía”, bromea. Malamud trabaja hoy como investigador en el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa, luego de asumir que su vocación también es hoy su profesión. En esta entrevista analiza las consecuencias del Brexit para Gran Bretaña, así como las implicancias de la utilización del referéndum, la coyuntura latinoamericana con respecto a la globalización, la posibilidad argentina de recibir refugiados sirios y el acercamiento del Mercosur con la Alianza del Pacífico.

 

¿Qué consecuencias puede traerle a Gran Bretaña la salida de la Unión Europea, sobre todo al interior de la isla? ¿Pueden potenciarse los conflictos?

En principio dos consecuencias: una económica y otra política. La económica es la fuga de capitales. Ya hay varias empresas que están estudiando dónde relocalizarse, sobre todo empresas financieras que tenían subsede en Londres. La segunda es la fuga política, la fragmentación. Las dos regiones del Reino Unido que votaron contra el Brexit, Irlanda del Norte y Escocia, podrían buscar la separación. Escocia la está buscando hace tiempo, de hecho hicieron un referéndum que falló por poco. Irlanda del Norte tiene una situación muy particular, porque con respecto al resto de la isla porque tiene algunas condiciones de flujo migratorio y de pasajes de frontera que son únicos en el mundo. En algunos casos funcionan como si fueran un único país y en otros casos funcionan por separado. Lo mismo pasa en política: a veces se comportan como un único país y a veces como dos. Esto podría ser un incentivo para sectores dentro de Irlanda del Norte que quieren unificar Irlanda y separarse de Gran Bretaña.

 

¿Cómo se reconfigura el sistema de partidos políticos británico y qué pasa con los líderes partidarios?

Ya se venía reconfigurando geográficamente porque en las regiones periféricas, es decir en los países que no son Inglaterra, el laborismo siempre tenía sus bastiones, mientras que el conservadurismo era fuerte en grandes sectores de Inglaterra. Pero el laborismo perdió completamente Escocia en las últimas elecciones, donde ganó masivamente un partido local. Así que era ya un partido completamente marginal en muchas regiones de Gran Bretaña. Con esto lo que vemos es que los partidos siguen periferizándose, siguen siendo cada vez menos relevantes en la toma de posiciones electorales de los ciudadanos y, además, vemos que el referéndum fue liderado por élites contra élites: élites marginales contra élites periféricas. Pero el resultado fue que quedaron todos decapitados: renunciaron los principales líderes de los partidos que estaban a favor y en contra. Dentro del conservadurismo, renunció el principal líder a favor de irse de la Unión Europea, Boris (Johnson), y se espera que renuncie el líder del laborismo (Jeremy Corbyn) por impopular e inútil.

 

¿Cuál es la responsabilidad del (ex) Primer Ministro Cameron? ¿Tiene más responsabilidad que el Parlamento?

La soberanía en Gran Bretaña reside en el Parlamento, pero al mismo tiempo es un régimen centralizado en Westminster, la residencia del Primer Ministro, a una cuadra del primero. En ese sistema centralizado es el gabinete el que toma las decisiones y su partido el que apoya en el Parlamento. Formalmente, el Parlamento es completamente responsable pero, en la práctica, fue el liderazgo de Cameron el que lo llevó a votar el referéndum. Es responsabilidad absoluta de Cameron porque este referéndum fue un desastre, inesperado para todos y las consecuencias todavía se están manifestando con renuncias de líderes una detrás de la otra. Si no era por Cameron, esto no pasaba.

 

¿Qué implica el uso de un instrumento como el referéndum en un país democrático?

Giovanni Sartori siempre estuvo en contra de los referéndum porque, tanto para él como para Bobbio, la democracia es compromiso. En inglés o en italiano un compromiso significa una concesión mutua, un acuerdo que le duele a ambas partes, pero ambas lo aceptan porque es más conveniente que no tenerlo. Un referéndum, por definición, no permite un acuerdo, por lo tanto termina destruyendo el compromiso democrático. Sartori es un fundamentalista anti referéndum. Por otro lado, David Altman, el mayor especialista en democracia directa en el mundo, demuestra que el referéndum en una democracia directa es un espada de doble filo: es pro democratizador cuando es provocados desde abajo por los electores y es pro poder, pro hegemonía, pro status quo, pro élite cuando es convocado desde arriba, como en el caso del Brexit.

 

¿Por qué en este caso se decidió usar un referéndum si la mayoría del Parlamento estaba en contra del Brexit?

Fue un juego de dos niveles (en inglés two level game), como lo llama Robert Putnam. Este juego consiste en que un gobernante negocia con otros países y, al mismo tiempo, tiene que seducir a su base doméstica. Si le entrega mucho a los otros países, le votan en contra en su país y si le exige mucho a los otros países, termina en guerra o en conflicto. Por lo tanto, el juego del gobernante es llegar a un acuerdo que satisfaga mutuamente a su electorado y a sus conegociadores externos. Lo que hizo Cameron fue utilizar la amenaza de votar en contra, es decir, utilizar a su propio electorado como herramienta de negociación con la Unión Europea, para conseguir concesiones. El problema fue que una vez que dijo que iba a convocar a un referéndum no quiso ir para atrás, pensando que lo ganaba. Ahora no hay nadie satisfecho y eso se expresa en las renuncias de los líderes.

 

En otras entrevistas sostenés que el nuevo clivaje mundial está dado por “globalización sí” versus “globalización no” y que algunas expresiones de esto han sido el Brexit, Podemos en España y Trump en Estados Unidos. ¿Esta tendencia puede llegar o está llegando a América Latina?

En torno a la globalización hay que tener en cuenta factores no sólo económicos, sino también de orden psicológico y de valores. Globalización significa apertura y desorden. El nacionalismo con el cierre de las fronteras es algo que ordena. Las personalidades y los valores en la sociedad se distribuyen también en función de eso (valores cerrados y valores abiertos). Hay una coincidencia entre perdedores de la globalización y defensores de valores cerrados, del orden, del status quo, de la nación. La globalización no es sólo una cuestión económica, es juntarse con el diferente y la mentalidad cerrada no acepta la diferencia con facilidad. Lo que estamos viendo ahora es la aparición de líderes proteccionistas que pregonan por la mantención o reconstrucción del orden. Esto todavía no lo vemos en América Latina porque, sorprendentemente, en esta década las oposiciones están mucho más moderadas. Por ejemplo, en Venezuela la oposición no es más antidemocrática, supo serlo una década atrás pero ahora el antidemocrático es el gobierno. Más bien, en el continente se trata de administrar racionalmente la interacción con la globalización.

 

¿Es posible que Argentina reciba refugiados sirios, según el compromiso que asumió el presidente Mauricio Macri hace algunas semanas?

Creo que es posible, aunque controvertido. Me parece que claramente se busca pararse del lado de la globalización, la apertura, el progresismo, pero, sobre todo, es una visión estratégica de política exterior de complacer a Estados Unidos. En estos momentos lo que a Estados Unidos le conviene es algo progresista y globalizador. Me parecería muy improbable que se implementara en la práctica. En caso de que ocurra estaría financiado por Estados Unidos; el problema es que la integración no es tan fácil, generaría nuevos conflictos.

 

¿Qué consecuencias puede traer el acercamiento que defiende el presidente Macri entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico para los países de América Latina en materia económica y fiscal? ¿Este acercamiento tiene que ver con las crisis que están atravesando a países como Brasil y Venezuela?


Los acercamientos no tienen consecuencias materiales o institucionales, se limitan a crear atmósfera y mandar señales. Las señales apuntan a cortejar a Estados Unidos, cortejar inversores internacionales, desincentivar el proteccionismo brasileño y aislar al bolivarianismo duro. En ningún caso implican una reducción arancelaria, el ingreso en la Alianza del Pacífico o el desmantelamiento del Mercosur, que sin embargo puede ocurrir.

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