viernes 29 de marzo de 2024
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Santiago Leiras: “El gobierno de Bolsonaro es un auto con el freno de mano puesto: no arranca”

Santigo Leiras, analista internacional especializado en la región, presenta su visión de los problemas actuales de Brasil y sus relaciones con otros países del cono sur.

 

Pasados cinco meses de la asunción de Bolsonaro, que aún no encontró el rubro y pareciera no asentarse con un rumbo claro, Brasil no logra reactivar su economía. ¿Qué repercusiones se notan en la región?

El gobierno de Bolsonaro me recuerda a un automóvil con el freno de mano puesto: no logra arrancar. Y no logra arrancar por varios factores, podría mencionar las desavenencias al interior de una coalición gobernante cuyo común denominador era el rechazo al PT y la figura de Lula, un líder que se sigue moviendo como candidato presidencial más que como jefe de estado, más un vicepresidente que se mueve como presidente etcétera.

¿Cuál es el resultado? Falta de rumbo, y el impacto directo de esa ausencia de una dirección clara sobre la economía, lo que se traduce en la baja de las expectativas de crecimiento de Brasil.

Tratándose de una economía que representa alrededor del 40 por ciento del PBI de América Latina, no hay duda de las repercusiones que tiene sobre la región, en particular sobre una economía como la argentina, exportadora de bienes manufacturados a Brasil.

Su debilidad parlamentaria es notoria. ¿Qué plazos tendrá antes de que dicha debilidad comience a jugarle en contra?

Tal como lo destacás, su debilidad parlamentaria es notoria, y es también notoria la ausencia de una estrategia de articulación de alianzas en el congreso, un congreso que, por cierto, es uno de los más fragmentados y desnacionalizados del mundo -sino el más-.

Es difícil definir plazos quizás, pero en la medida en que su imagen política se siga viendo afectada y siga estando ausente una política de alianzas en el ámbito legislativo, puede empezar a crecer la presión social y mediática para algún tipo de emplazamiento y porque no la puesta en ejecución de algún proceso de juicio político. La historia y el desenlace de los liderazgos antipolíticos en Brasil no han estado caracterizados precisamente por un final feliz: suicidio -Vargas 1954-, renuncia -Quadros 1961- y juicio político -Collor de Mello 1992-.

Pese a estas cuestiones, Brasil tiene un rol protagónico en el conflicto venezolano. ¿Hasta dónde la influencia de los países de la región (incluido Argentina) están dispuestos a tensar la cuerda con Maduro?

Voy a dividir la respuesta en dos partes: en la primera parte, te diría que el mundo diplomático articulado en torno del Grupo de Lima –del cual participan tanto Argentina como Brasil- ha manifestado de manera muy clara su reticencia a llevar la situación a un punto de no retorno y de una eventual intervención militar, por el temor entre otros factores a las consecuencias de una intervención de imprevisibles resultados, léase una suerte de Libia o Siria en la subregión.

En lo que respecta a Brasil, y ahí voy a la segunda parte de la respuesta, hay una muy fuerte resistencia por parte del mundo militar -el propio vicepresidente Mourao ha operado de hecho como un destacado vocero de esta posición- en parte por compartir las preocupaciones propias del Grupo de Lima, y también por cierta reticencia del alto mando militar brasileño a una presencia militar de los Estados Unidos, que se teme prolongada- en el “área natural de influencia” estratégica de Brasil.

Pese a la iniciativa de Guaidó de hace unas semanas, Maduro sigue teniendo el apoyo de los militares y, probablemente, de actores externos (muchos analistas señalan la presencia de militares cubanos). Esto lo estabiliza en el poder. ¿Crees que aún es posible una transición por ruptura o el escenario sigue estando abierto?

Una transición por ruptura solo parece posible en un contexto de quiebra en las fuerzas armadas y los servicios de inteligencia, pero esa ruptura puede abrir la puerta también a un escenario de confrontación entre sectores armados y la posibilidad de una guerra civil.

Está circulando información sobre negociaciones entre interlocutores del oficialismo y la oposición en la cuales estaría Noruega obrando como mediador entre las partes, tratándose de un actor estatal con una importante cuota de prestigio moral para encarar este tipo de negociaciones.

El escenario creo que está abierto, aunque me resulta difícil visualizar de qué manera garantizar el resguardo de las prerrogativas institucionales y económicas a una fuerza armada con directo acceso a la provisión de diferentes y variados tipos de bienes públicos -armas, drogas, control cambiario, alimentos etc.-.

El apoyo de países con gobiernos de tinte populista, como el de Uruguay o el de México, ¿es un factor de perpetuación para el régimen venezolano?

Es un factor más, y es algo para mi que me cuesta entender, más en el caso de Uruguay, un país con una historia democrática de larga data, que en el caso de México.

De todas maneras, y finalmente, lo que cuenta para la perpetuación de Nicolás Maduro es la preservación de una estructura de apoyo en actores estatales con intereses muy variados a preservar: Rusia por sus intereses en materia militar y de explotación del negocio petrolero, China por garantizarse el pago de los prestamos concedidos y Cuba por la necesidad de mantener su influencia política y asegurar el suministro de petróleo.

Esto hace más compleja la negociación porque la preservación de prerrogativas involucra también a jugadores externos, a China el pago de la deuda, a Cuba el suministro de petróleo y Rusia su influencia geopolítica.

México parece haber retrocedido unas décadas con la presidencia de AMLO. Incluso ha puesto en agenda, indirectamente, la reelección presidencial, una prohibición de los años cuarenta que en cierto sentido permitió perpetuar al PRI como partido en el poder, relegando y poniendo un límite a los liderazgos internos. ¿Está claro si AMLO buscará perpetuarse habilitando una reforma o se autolimitará?

En su primer mensaje como presidente de México, López Obrador planteó de manera muy contundente su compromiso con la preservación de la cláusula de no reelección presidencial.

De todas maneras, dada la naturaleza fundacional (o pretendidamente fundacional) de su proyecto político, debo confesar que comparto las dudas contenidas en tu pregunta relacionadas con la posibilidad de que AMLO se autolimite y ratifique el compromiso asumido en el primer mensaje a la asamblea legislativa.

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