jueves 28 de marzo de 2024
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Alejandro Finocchiaro: “Cayó el mito del Macri privatizador de la educación”

Entrevista: Danila Terragno. Realización: Ernesto Samandjián.
 
 
Luego de tres años de las pruebas Aprender, ¿cuál es dato más destacado en los resultados de 2018?
En primer lugar, se consolidó la cultura de la evaluación. Eso que antes había sido resistido por algunos sectores, hoy ya está instalado: el 95% de las escuelas nos respondieron a la evaluación. En segundo lugar, nos parece muy interesante la mejora en los chicos de primaria en cuanto a lengua, comprensión lectora e interpretación. Hoy el 75% de ellos tienen resultados satisfactorios y altos. Tercer dato importante: lo hicimos achicando la brecha educativa porque del sector más bajo salió el 7.4 por ciento, es decir, se mejoró y se achicó la brecha educativa. Y después, otro dato muy importante es que las escuelas FARO, es decir, las escuelas que en 2016 habíamos identificado como las que más necesitaban de la acción del Estado, después de mucho trabajo en conjunto con las escuelas, los inspectores y los ministros de las provincias, todas mejoraron más que el promedio.
 
¿Las pruebas Aprender son un censo o una encuesta?
Son censales. Se hace a todos. Participó el 95% de las escuelas, eso nos dio 574.000 alumnos en la última evaluación, que fue la 2018. Cualquiera que quiere venir a ver nuestros datos, los puede ver y puede ver que ahí no hay mentiras.
 
¿Cuántos alumnos participaron sobre el total de alumnos del país?
Debe ser muy parecido a eso… alrededor de entre el 85 y el 90%. La única
provincia donde tuvimos problemas fue Neuquén, que había paro. Como es censal, estimamos que no era representativo, entonces no lo tomamos para el resultado final.
 
Las mejoras que mencionabas antes, por ejemplo, en lengua ¿se deben a acciones concretas o son producto del azar?
Nunca nada es producto del azar, ni cuando te va mal ni cuando te va bien o empezas a mejorar, como decimos nosotros. Cuando recibimos la evaluación 2016 teníamos dos graves problemas: lengua y matemáticas. Decidimos poner todo el foco primero en lengua porque cuando mejorás en lengua, por reflejo mejoran las otras áreas de conocimiento: un chico no puede resolver el problema matemático si no comprende el enunciado del problema, ni puede entender naturales, ni puede entender sociales. Trabajamos con 920.000 docentes en las jornadas institucionales con foco sólo en lengua y con materiales específicos de lengua. Hicimos ateneos de directivos, círculos de directivos, con 44.000 directivos en todo el país y después ateneos didácticos con 257.000 directivos y docentes que intercambiaron sus experiencias, sus abordajes, sus aprendizajes y eso es lo que se tradujo en esta mejora.
 
Así como hay datos ahora sobre la calidad educativa a nivel nacional, ¿hay datos sobre los salarios docentes?
Sí claro que hay datos, lo que pasa es que en este momento no te puedo contestar, cuál es el salario promedio porque hay provincias que ya han arreglado sus salarios, es decir, que ya tienen datos 2019 y provincias que están negociando y entonces tienen datos 2018 y eso falsearía el dato global.
 
Si el Ministerio de Educación Nacional se ocupa de la calidad educativa a nivel nacional, ¿no tendría que ocuparse también de un salario mínimo para los docentes a nivel nacional?
De hecho nos ocupamos. Lo que quedó establecido es que el salario mínimo, mínimo que puede cobrar un docente es el salario mínimo vital y móvil más un 20% y ese 20% tiene que ver con la intención del gobierno de jerarquizar al maestro.
 
¿Eso reemplazaría las paritarias nacionales?
Es que nunca hubo paritarias nacionales, lo que había era una mesa, establecida en base al artículo 10 de la ley de educación, que nosotros estimamos era una mesa donde había una sobrerrepresentación de un gremio en detrimento de los otros gremios. Entonces hicimos una mesa con una persona por línea. Porque en la Nación no hay paritarias; en las paritarias sí la representación es por cantidad de afiliados, como en la provincia de Buenos Aires, porque ahí se vota. Acá no, acá tenemos que ponernos de acuerdo sobre, por ejemplo, capacitación, formación docente y muchas otras cosas más. Discutimos y llegamos a consensos.
 
¿Es cierto que Cambiemos quiere parecerse a Finlandia en educación?
No. Nosotros no tomamos ningún modelo extranjero como si fuera un enlatado porque cuando esto se quiso hacer en nuestro país se fracasó. Un modelo puede tener éxito en un país que tiene costumbres, idiosincrasias, historias, etc., muy diferentes a la nuestra. ¿Qué es lo que hicimos? Por ejemplo, en formación docente sí miramos mucho el modelo finlandés porque es un modelo de éxito y lo adaptamos a nuestra realidad, la realidad argentina. Lo mismo con el plan Aprender Matemática, que estamos lanzando en este momento, es decir, miramos el modelo de Singapur. ¿Por qué? Porque a Singapur le va espléndidamente bien en matemáticas, pero también trabajamos con el modelo francés que occidentalizó el modelo de Singapur y también trabajamos con México, que si bien no está arriba todavía en las pruebas PISA, viene teniendo mejoras sistemáticas. Y hemos trabajado con chilenos y hemos trabajado con italianos y hemos trabajado, además, con pedagogos y matemáticos que enviaron cada una de las provincias del país, trabajamos con nuestras academias.  Entonces, el modelo Aprender Matemática es un modelo argentino que está basado en observar y estudiar modelos que tuvieron éxito en otros países.
 
Hay una preocupación desde hace muchos años de que la educación pública está migrando hacia el ámbito privado, que a las escuelas públicas va la gente que no tiene recursos y que hay una división, otra grieta que se está abriendo en la sociedad, que es por clase social. ¿Cambiemos quiere cambiar eso?
Hay un montón de mitos que Cambiemos -y antes el PRO gobernando la Ciudad de Buenos Aires- fue derrumbando. Se suponía que Mauricio Macri iba a ser el gran privatizador de la educación. No sólo no se privatizó nada sino que en los ocho años en que el Presidente fue Jefe de Gobierno, el salario docente subió 1100%. Desde que nosotros asumimos en la Nación, subió 5.8% la matrícula en nivel inicial y el 76% de esa suba fue en la educación pública o de gestión estatal. Y de ese total hay 16% que es en sala de 3 años, es decir, logramos ampliar la cobertura. También subió en 3.5% la matriculación en escuelas medias y el 60% de eso es estatal. Logramos bajar la sobreedad 2.2% en la escuela media y 2.4% en la escuela primaria de gestión estatal. Todo eso son mejoras y son datos concretos y realidades.
 
¿Entonces no es cierto que hay un éxodo hacia la educación privada por parte de las clases medias, intelectuales, clases educadas, clases altas, gente pudiente?
No. Es verdad que sí hubo un éxodo que comenzó más o menos en el 2001 cuando fue aquella gran crisis y en realidad lo que se verificó era un éxodo de la gente que podía pagar escuelas parroquiales. ¿Por qué? Porque cuando empiezan todos los temas de los paros y mamá y papá trabajan… entonces si el chico no tiene clases ¿dónde va a estar? Entonces falta mamá o falta papá, pierde el premio, pierde el día de trabajo. Entonces optaron por lo que vos decís. Porque las escuelas que más aumentan la matrícula en el sector privado han sido las parroquiales, justamente las que tienen menor valor de cuota. Eso es lo que comenzamos a revertir, lo comenzamos a revertir en la Ciudad de Buenos Aires y también en la Nación. Por eso yo creo que el resultado de estas pruebas Aprender tiene que mover a la reflexión a muchos actores del sistema educativo sobre sus prácticas y sobre cómo se defiende en serio la educación de gestión estatal.
 
¿Lo ideal qué sería? ¿Si tuvieras recursos ilimitados a dónde llevarías a la educación pública y a dónde llevarías a los estudiantes?
Alguien que gestiona nunca puede plantearse que tiene recursos ilimitados. Lo que tenemos que hacer es llevar la escuela al siglo 21 porque los estudiantes ya están en el siglo 21, sin distinción de capa social. Tenemos que hacer una escuela más ágil, más dinámica, más moderna donde se trabaje por áreas de conocimientos. Eso es lo que empezó este año con la Secundaria 2030, donde se trabaja en forma colaborativa, interdisciplinar. Este año introdujimos también programación y robótica en el espacio curricular. Y otra cosa que yo agregaría, que eso no se hace con dinero, sino que es un cambio cultural muy importante, es la escuela de la diversidad. Nosotros no tenemos que tolerar la diversidad porque tolera solo el que es superior; tenemos que enseñarle a nuestros chicos y chicas a respetar y a amar la diversidad porque Argentina surgió siendo un país diverso. Tenemos que respetar y amar al que es diferente, tenemos que además entender que esa diferencia no solo debe unirnos sino que nos enriquece porque del que es diferente aprendo.
 
¿Dónde sentiste mayor capacidad de influir sobre la educación, a nivel nacional, como ahora, o a nivel provincial cuando estuviste en la Ciudad de Buenos Aires como Subsecretario de Políticas Educativas, o como Ministro en la provincia de Buenos Aires?
Son diferentes esferas. Los cambios en educación, cuando se quieren hacer en forma profunda, demoran. Recién después de dos años podemos decir que empezamos a mejorar en lengua. Este año vamos a empezar a aplicar el plan Aprender Matemática y la Escuela 2030, proyectos que llevaron dos años de trabajo. Creo que uno cuando tiene responsabilidad, cuando trabaja, cuando se da cuenta que no hay iluminados sino que hay que trabajar en conjunto -con la maestra, con el director, con mamá y papá, con todos- entonces las cosas llegan. De nosotros se puede decir cualquier cosa porque es la historia finalmente quien te juzga, lo que no se puede decir es que no hicimos. Yo me sentí bien trabajando en la provincia de Buenos Aires como ministro, me siento bien ahora y también sentí que producía modificaciones cuando fui decano del Departamento de Derecho en la Universidad Nacional de la Matanza y también cada día que, como el viernes pasado, voy a dar clases, también siento que cambio la historia en educación.
 
Te falta una esfera: la municipal. ¿Te ves en La Matanza como intendente?
Eso lo va a decidir la gente. Nosotros sentimos que en Matanza hay un montón de gente que quiere cambiar la realidad en la que vive y yo espero poder representar la voz de cada uno de ellos.
 
¿Con internas o sin internas?
Como sea.
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