sábado 20 de abril de 2024
spot_img

Elsa Llenderrozas: “A los líderes occidentales les cuesta confiar en la palabra de Trump”

La directora de la Carrera de Ciencia Política de la UBA repasa las últimas noticias del escenario mundial, enfocándose en el resultado de la reunión del G20, las posiciones de Donald Trump, la guerra comercial entre Estados Unidos y China y las aspiraciones de nuestro país de ingresar a la OCDE.
 
 
En términos organizativos, la visión generalizada es que el G20 tuvo éxito. Ahora bien, ¿cómo podemos medir ese éxito en cuestiones concretas a corto y mediano plazo?

El gobierno obtuvo un éxito diplomático en términos de apoyos de los líderes de las principales potencias. Llevó adelante una cumbre que concluyó con varios puntos de consenso y de algún modo le dio una oportunidad al multilateralismo, que venía bastante golpeado en el último año. En este tipo de cumbres presidenciales los beneficios se cosechan en general a más largo plazo y se miden en términos de confianza y de respaldos cuando resultan necesarios. Pero el gobierno también aprovechó el encuentro para realizar reuniones bilaterales donde se alcanzaron  acuerdos, convenios y compromisos de inversión, todo ello en el corto y mediano plazo.

A partir del trabajo realizado en nuestro país, ¿cuáles son las perspectivas de ingreso a la OCDE?

Ese es uno de los objetivos políticos que se fijó el gobierno poco después de asumir. Se solicitó el ingreso y se fueron adoptando distintas medidas que apuntan a esa dirección. Cumplir estándares en distintos ámbitos que hacen que un país califique para el ingreso. El presidente Macri señaló como el próximo desafío, aun entendiendo que el ingreso de Argentina está atado, de algún modo, a la incorporación de otros estados que también están a la espera de su aceptación. El gobierno considera que hizo la tarea, ahora queda una decisión en manos de la organización.

China y Estados Unidos firmaron una tregua en su guerra comercial, esto debería repercutir positivamente en los mercados internacionales, sin embargo, las primeras jornadas han reaccionado con cáutela. ¿Hasta dónde la imprevisibilidad de las actitudes del presidente norteamericano están afectando estos acuerdos (toda vez que los analistas resaltaron la tranquilidad con la que se mantuvo Trump por estos días)?

Estados Unidos y China están enfrentados en el terreno comercial pero más importante aún, es que están rivalizando en una competencia estratégica más amplia y profunda. El dominio de nuevas tendencias tecnológicas, como la inteligencia artifical, y el desarrollo de las tecnologías disruptivas de distinto tipo es el campo de batalla donde se dirime el futuro del poder mundial. El conflicto por los aranceles es solo una parte pequeña de esa rivalidad. Hay que mirar tendencias de más largo plazo. Por supuesto que las actitudes del presidente norteamericano le agregan incertidumbre al escenario global. Les cuesta mucho a los líderes de países occidentales y de potencias emergentes confiar en la palabra del presidente Trump. Eso socava el poder y la influencia de Estados Unidos en el sistema mundial.

Un actor fundamental del G20 y de los equilibrios logrados en materia internacional ha sido Angela Merkel. Sin embargo, la canciller alemana anunció su retiro después de este mandato. ¿Quién ocupará ese rol, dado que líderes europeos como Macrón o May tienen frentes internos abiertos difíciles de solucionar o el mismo Trump descree de una globalización moderna?

El presidente Trump tiene una prioridad: América primero. Estados Unidos se retira de acuerdos y organismos internacionales, ensaya un nuevo aislacionismo. Europa está en crisis como bloque y los líderes europeos están siendo sacudidos por cuestiones internas. Ninguno parece estar en condiciones de ocupar ese vacío: no tienen el poder, los recursos materiales, para ejercer ese liderazgo mundial. El multilateralismo, la democracia liberal y los derechos humanos, pierden fuerza frente al avance del bilateralismo, los nacionalismos, la xenofobia y los gobiernos de tendencias autoritarias. Es un momento de transición. No está claro quien está en condiciones de asumir el liderazgo apoyado en aquellos valores.

En la arena local, ¿qué impacto tendrá el éxito del G20, no solo en términos electorales sino en el escenario coyuntural y en las alianzas del propio gobierno? ¿Cuál es la real dimensión del fortalecimiento del Presidente Macri?

La política argentina es muy dinámica. Es difícil afirmar con certeza que el gobierno podrá capitalizar el éxito del G20 en clave electoral. La política exterior es la política pública más valorada pero también tiene poca relevancia para los intereses del ciudadano común. A la gente común le interesa la estabilidad económica, la inflación, el empleo y la seguridad. Por supuesto que el éxito del G20  le ha dado aire, y buena parte de la remontada que se observa en las encuestas puede atribuirse a la forma en que organizó y manejó todo lo referido a la cumbre. Pero faltan ocho meses para las PASO y eso en la política argentina es una eternidad. La opinión pública es volátil, cambiante y hechos de distinta naturaleza pueden modificar los niveles de apoyo o rechazo. Falta mucho y no sabemos cuándo la economía saldrá de la recesión. Tampoco sabemos cuándo el público notará ese cambio en el bolsillo. Creo que el gobierno no va a cambiar su plan electoral ni sus alianzas. Va a apostar a la polarización que tanto resultado le dio en las dos elecciones anteriores. Pero si conseguirá o no la reelección es todavía una incógnita.

spot_img

Veinte Manzanas

spot_img

Al Toque

Fabio Quetglas

Optimismo tóxico

Luis Quevedo

Raíces de la crisis: el verdadero significado de la “batalla cultural”

Adolfo Stubrin

El turbio corazón del DNU 70