miércoles 24 de abril de 2024
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El Foro de Boao y una postal del nuevo escenario internacional

Durante el pasado mes de abril se realizó en China, más precisamente en la provincia de Hainan, el llamado Foro de Boao para Asia. Integrado por 26 países de la región, el Foro es conocido  como el “Davos asiático” y es una cita anual importantísima para el mundo político y económico. Entre los participantes se encuentran grandes empresarios, funcionarios de primer nivel de los países miembros (e invitados) y de organismos internacionales, además de expertos y académicos. 

El Foro se desarrolla en varios formatos, como conferencias, grupos de trabajo, paneles y por supuesto, reuniones infórmales entre los participantes. La agenda lejos estuvo de la retórica vacía a la que nos acostumbran los encuentros latinoamericanos, presentando un amplio espectro que fue desde el futuro de blockchain, el papel estratégico de las industrias deportivas, los desafíos que la región afronta en términos financieros, el papel de los medios de comunicación públicos, las nuevas tendencias en el transporte hasta los problemas de integración regional a partir de la relación de la ASEAN con China.

El Foro de Boao tiene un impacto político que se extiende más allá de Asia. En particular, esta edición se realizó en medio del conflicto entre Estados Unidos y China por la política comercial y por eso también se volvió un escenario que no fue desaprovechado por el presidente chino, Xi Jinping, para referirse a esa cuestión y mostrarse liderando un novedoso agrupamiento de países e instituciones.

En la inauguración del Foro, el presidente Xi dedicó parte de su discurso a la guerra de aranceles entre China y Estados Unidos aunque también planteó los puntos centrales de su programa internacional. Xi sostiene su pretensión de liderazgo global, en gran medida, en la iniciativa conocida como la franja y la ruta, un proyecto que podría graficarse como una suerte de Plan Marshall chino.  La iniciativa china busca establecer (y financiar) una red de infraestructura en comunicación y transporte que facilite la relación entre los países asiáticos y entre estos y los restantes continentes, y que ha empezado a implementarse en más de 60 países.

En un discurso pronunciado en un tono calmo y reflexivo (en un contraste radical con el estilo del presidente norteamericano) Xi mostró una suerte de pensamiento kantiano asociando la utopía de un mundo pacifico con la expansión del comercio y una renovada apuesta por un sistema internacional de resolución de conflictos. Además anunció una reducción de aranceles para automóviles y reformas en temas de propiedad intelectual, una de las cuestiones candentes que se le reclama a China.

En las primeras filas de la audiencia se encontraban Christine Lagard (Directora gerente del Fondo Monetario Internacional) y Antonio Guterres (Secretario General de las Naciones Unidas), Romano Prodi (ex Presidente de la Comisión Europea), Margaret Chan, hasta el año pasado Directora General de la Organización Mundial de la Salud y Pascal Lamy, ex Director General de la Organización Mundial de Comercio. Si faltaran gestos en este sentido, el ex Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon (y, no es menor, coreano del sur) fue designado como nuevo presidente del Foro de Boao

Mientras el presidente Xi afirmaba que “apertura o aislamiento, progreso o retroceso, la Humanidad tiene una gran decisión que tomar” una de las imágenes más fuertes que produjo el Foro fue la sucesión de discursos posteriores, a cargo de los mencionados Lagard y Guterres quienes –sin mencionar al presidente de los Estados Unidos– rechazaron las políticas proteccionistas, y en el caso de Lagarde, manifestando un fuerte apoyo al gobierno chino en el proceso de reformas que se vienen implementando dentro del país. En ese sentido se pronunciaron también los primeros mandatarios de Holanda, Austria, Pakistán, Filipinas y Singapur, allí presentes.  

En una postal que hasta hace poco hubiera parecido irreconocible, el Secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China se manifestaba a favor de la liberalización del comercio, optimista por el rumbo de la globalización al tiempo que las máximas autoridades del FMI, la ONU y mandatarios europeos lo aplaudían en el marco de una disputa contra los Estados Unidos que propugna una política proteccionista y nacionalista. Pero esto fue solo el comienzo.

¿El mundo que viene?

Poco tiempo después de culminado el Foro, la canciller alemana Angela Merkel manifestó que Europa ya no podía confiar en los Estados Unidos en temas de defensa y esta semana que pasó el presidente Donald Trump tuvo una intervención disruptiva, por no decir fuera de lugar, contra su par inglesa Theresa May. Mientras Trump declaró que en términos comerciales la Unión Europea es un “enemigo” de Estados Unidos, China profundizó su relación con Alemania firmando acuerdos comerciales y recibió un gesto que no pasó desapercibido, como fue la liberación de Liu Xia, poeta y viuda del disidente chino y premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo. Luego de su liberación Liu Xia partió inmediatamente para la capital alemana.

Mientras Trump llegaba a acuerdos importantes con Putin, no puede dejar de mencionarse la concreción del acuerdo comercial alcanzado entre la UE y Japón. Si bien llevaba discutiéndose casi un lustro, tanto el momento elegido para su firma, como las palabras de los dirigentes europeos y japoneses en favor de la liberalización comercial, no dejaron lugar a duda. Entre ambos alcanzan casi un tercio del PIB mundial y albergan más de 600 millones de personas.

¿Se están configurando bloques más allá de ideologías, pertenencias geográficas o tradiciones geopolíticas? Es temprano para responder definitivamente a esa pregunta, pero no lo es tanto para comenzar a reflexionar sobre el asunto. “Ojalá vivas en tiempos interesantes” reza una maldición china, sin duda el mundo está viviendo tiempos muy interesantes.

 

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