jueves 28 de marzo de 2024
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La Tercera Guerra Mundial ya empezó

Ursula von der Leyen, presidenta de la Unión Europea, no se fue con rodeos: el jueves pasado dijo que “la amenaza más directa para el orden mundial” es el “inquietante pacto de Rusia con China”.

El pacto del que hablaba Van de Leyen no es tácito: está registrado en un documento que Putin y Xi Jinping firmaron en público el 4 de febrero en Beijing. El documento proclama que Rusia y China tienen una alianza “superior a las alianzas políticas y militares de la Guerra Fría”, la cual “no tiene límites” ni “áreas prohibidas”.

Ambos países declaran en ese documento que “se oponen a una mayor ampliación de la OTAN”; ampliación que, veinte días después, Putin usó como justificativo para invadir a Ucrania.

No puede sorprender, entonces, que China no condene la invasión. En realidad, la apoya. El presidente Joe Biden lo sabe bien. Fue por eso que, en una reunión virtual con Xi Jinping, le advirtió que, si China “apoya materialmente a Rusia” en la guerra con Ucrania, eso tendrá “implicaciones y consecuencias”.

El conflicto Rusia-OTAN no comenzó en 2022. Comenzó en 2008, cuando el ex presidente norteamericano George Bush postuló la incorporación de Ucrania a la OTAN.

Durante años se discutió la incorporación de Ucrania, que Rusia consideró desde el principio como un intento de cercarla.

En 2014, Rusia le arrebató a Ucrania la península de Crimea (acontecimiento que China se abstuvo de condenar en Naciones Unidas) y sectores prorrusos del este de Ucrania declararon la independencia Donetsk y Lugansk, lo cual dio lugar a la Guerra de Donbás, entre los sectores separatistas y la propia Rusia (comandado por Putin) contra el gobierno pro-europeo de Ucrania apoyado por Estados Unidos y la Europa occidental. A Rusia la comanda Putin; a Ucrania, Zelenski).

Esa guerra dejó 10.900 combatientes y 3.404 civiles muertos, fue escenario de múltiples violaciones de derechos humanos y provocó que Estados Unidos impusieran a Rusia sanciones económicas y comerciales: un anticipo de lo que pasaría en 2022.

Es que, realidad, la Guerra de Donbás no fue sino el inicio de la actual. En apariencia, terminó con el triunfo de Rusia y los separatistas prorrusos, admitida por las partes en los protocolos de Minsk. Pero acto seguido Rusia reconoció la independencia de Donetsk y Lugansk, lo cual se convirtió en una prórroga de aquella guerra.

China dio su apoyo silente a todo el proceso iniciado en 2014.

Las relaciones sino-rusas tienen fuertes bases económicas. El investigador Pablo Telman Sánchez Ramírez registró que en 2014 Gazprom y la empresa china CNPC suscribieron el mayor contrato en la historia de la empresa gasífera rusa para el suministro a China de 38.000 millones de metros cúbicos de gas anuales durante los siguientes treinta años, por un monto de 400.000 millones de dólares.

Fueron firmados, a la vez, más de cuarenta documentos conjuntos en las ramas del transporte, energía, infraestructuras, industria automovilística y construcción aeronáutica. “China es el principal socio comercial de Rusia en el mundo. La circulación de mercancías entre ambos países alcanza la cifra de 90.000 millones de dólares anuales y han comenzado a operar con rublos y yuanes”.

India ha seguido, con relación a Rusia, los mismos pasos que China: apoyo silencioso a todas sus intervenciones.

Las relaciones de la India con Rusia provienen de la Unión Soviética, cuando Nikita Khruschev le dijo al entonces primer ministro indio: “Estamos tan cerca que si nos llaman desde la cumbre de una montaña, al rato estaremos al lado de ustedes¨. Rusia apoya a la India en el conflicto sobre Cachemira y ambos países firmaron en 2000, y ampliaron en 2010, un acuerdo sobre asociación estratégica.

El objetivo final de Putin es la alianza Rusia-India-China.

La opinión casi unánime, en el conflicto actual, es que Putin quería tomar Kiev pero fracasó. Es posible, en efecto, Kiev fuera su objetivo. Sin embargo, no hay que descartar una hipótesis distinta: Putin no habría querido empezar por Kiev, ya que en ese caso el ejército ruso podía quedar preso en la capital, con el resto del territorio del país dominado por el verdadero enemigo de Rusia: la OTAN.

Los ataques a Kiev fueron brutales pero transitorios. Lo que pretende la jerarquía rusa, encabezada por Putin, es controlar toda Ucrania y luego (acaso) extender sus dominios hacia el Báltico.

Si lo obtuviera, se abriría la oportunidad de la alianza Rusia-India-China. Pese a los conflictos chino-indios, esa alianza contemplaría intereses comunes y se constituiría en la fuerza dominante en la política mundial. Comprendería un cuarto de la población mundial, con un producto bruto igual al de toda Europa.

Si Rusia fracasara en Ucrania, esa posibilidad se debilitaría.

Por eso Sánchez Ramirez dice que “los objetivos geoestratégicos de Occidente son aislar territorial y militarmente a Rusia de manera definitiva, al costo que sea necesario y, en este caso, Ucrania ha sido el escenario propicio¨.

Desde 2014 hasta el inicio de la actual guerra, Estados Unidos había transferido a Ucrania 6.150 millones de dólares en ayuda económica y militar.

Se dice que el conflicto de Ucrania puede originar la Tercera Guerra Mundial.

Tal vez haya comenzado desde hace tiempo sin que nos diéramos cuenta. El drama sería su ampliación.

Publicado en Clarín el 15 de mayo de 2022.

Link https://www.clarin.com/opinion/iii-guerra-mundial-empezo_0_AZu2pgE1SI.html

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