viernes 29 de marzo de 2024
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Francisco Monti: “El kirchnerismo pretende deslegitimar la democracia”

El diputado nacional de la UCR y de Juntos por el Cambio, Francisco Monti, acusó al Frente de Todos de tener la pretensión de “deslegitimar las instituciones” de la República así como “deslegitimar la democracia”; vinculó esa circunstancia con el juicio político que el oficialismo impulsa contra los miembros de la Corte Suprema de Justicia; aseguró que “el kirchnerismo se está preparando para perder” en las elecciones y que, en tal escenario, “muy probablemente no reconozcan la legitimidad del próximo Presidente” que surgirá de esos comicios.

El legislador radical catamarqueño, que integra la comisión de Juicio Político de la Cámara baja, en una entrevista con Nuevos Papeles, dijo no sentirse sorprendido por la ofensiva a la que se lanzó el Frente de Todos para intentar someter a juicio político a los integrantes del máximo tribunal de Justicia. “A casi veinte años del inicio de este proceso político en la Argentina, de populismo exasperado, combinado con ánimo de consolidación de una autocracia, con altísimos niveles de corrupción, me parece que dentro del repertorio estaba esto de impulsar el juicio político a la Corte”, remarcó.

Por cierto, el escenario político, a la par de lo que serán las definiciones en el oficialismo y en la oposición respecto de sus candidatos para las elecciones, aparece con un in crescendo el clima de tensión ya en la primera reunión de la comisión, que usted integra, y en la que de alguna manera ya se inició el debate con el oficialismo por su intención de someter a juicio político a los miembros de la Corte Suprema de Justicia. Nos gustaría tener su impresión respecto de esta circunstancia ¿Cómo la definiría?

En primer lugar diría que muchos dirigentes plantean como algo inusitado y difícil de comprender un ataque de la dimensión como el que estamos viendo a la cabeza del Poder Judicial, sin argumentos técnicos sólidos que hagan mérito suficiente como para invocar las causales que prevé la Constitución Nacional como el mal desempeño de los miembros de la Corte Suprema de Justicia. A mí la verdad es que no me sorprende lo que está pasado y creo que a esta altura de la historia, a casi veinte años del inicio de este proceso político en la Argentina, de populismo exasperado, combinado con ánimo de consolidación de una autocracia, con altísimos niveles de corrupción me parece que dentro del repertorio estaba esto de impulsar el juicio político a la Corte.

Creo que el kirchnerismo se está preparando para perder y vamos a entrar en una Argentina con e una etapa muy compleja. Y la complejidad tiene que ver con que, en la antesala de una derrota electoral, el oficialismo pretende primero deslegitimar la democracia invocando una supuesta proscripción que es absolutamente falsa respecto de Cristina Fernández de Kirchner con lo cual, muy probablemente, no reconozcan la legitimidad del próximo Presidente, del futuro Presidente electo en octubre o noviembre de este año habida cuenta de que van a plantear que hay una candidata o una potencial candidato que ha sido proscripta y también plantear la falta de legitimidad de las instituciones.

Ellos pretenden deslegitimar la democracia y deslegitimar las instituciones en cuanto a ensuciar la cabeza de uno de los poderes del Estado. Ellos tienen muy claro de que este juicio político no va a desembocar en una destitución de ninguno de los miembros de la Corte pero sí pretenden generar relato y una narrativa en orden a que una minoría se convenza de que el sistema republicano de gobierno así como que las instituciones que prevé nuestra Carta Magna carecen absolutamente de legitimidad. Creo que es un escenario sumamente grave, sumamente complejo, que es al que vamos en la Argentina y, en definitiva, por dónde estamos transitando forma parte de eso.

Desde la perspectiva de que estamos hablando de la pretensión del oficialismo de avanzar en el juicio político a la Corte Suprema de Justicia también hay iniciativas que están en el temario de sesiones extraordinarias, convocadas  por el Poder Ejecutivo, por las que se propone aumentar el número de miembros de esa Corte u otro para reformar el Consejo de la Magistratura y hasta se han conocido expresiones, como por ejemplo las del gobernador, Jorge Capitanich, instando al Presidente a producir esa reforma del Consejo de la Magistratura a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia. ¿Ello puede prosperar? y en ese caso ¿Qué país cree que se avecina?

Algunas iniciativas que se han planteado desde usinas del propio oficialismo como ser la ampliación del número de miembros de la Corte Suprema de Justicia por decreto o la modificación de la ley del Consejo de la Magistratura por decreto son completamente disparatadas e inconstitucionales. En caso de ocurrir irían de nuevo a parar a la Justicia y de nuevo serían declaradas seguramente inconstitucionales.

Y ahí volvemos al punto del que hablábamos. Ya el kirchnerismo ni siquiera pretende lograr eficacia en las decisiones, en los postulados políticos o en las decisiones con las que avanza. Lo que les importa es dejar embarrada la cancha, plantar la narrativa y seguir alimentando a una minoría, cada vez más intensa, que es quienes se van a respaldar luego de su derrota. Espero que el Presidente de la Nación no avance en ese sentido en algunos puntos en lo que usted ha planteado pero, en caso de avanzar, no van a ser decisiones que tengan la eficacia suficiente como para materializarse.

¿A qué país vamos?: Creo que vamos hacia un país muy polarizado y yo creo que desde Juntos por el Cambio, esa polarización, tenemos que asumirla sin una posición culposa. Yo no creo que el problema de la Argentina sea la grieta. Me parece que tenemos una grieta derivada de un espacio político en este país que pretende empujar a la Argentina a que esté al margen de las reglas básicas de convivencia que marca nuestra Constitución Nacional. Entonces nuestra misión como organización política, frente a esos escenarios tan complejos, es la de hacer volver a nuestro país a los carriles de la normalidad.

Las cuestiones que acaba de plantear nos llevarían a presumir que la Argentina podría estar, al momento de las próximas elecciones, en una situación de inestabilidad institucional. ¿Usted cree que eso puede ser así?

Buenos. Creo que nuestro desafío en el Congreso de la Nación, en el que nosotros somos la oposición, como tal, tenemos que ejercer la tarea de ser un contralor del gobierno y además poner límites.

Y hoy creo que la principal misión que tiene Juntos por el Cambio como espacio consolidado, y lo digo trascendiendo mi propia filiación partidaria radical, es preservar la institucionalidad de la Argentina y creo que nosotros hemos ganado las elecciones legislativas del 2021 con un mandato muy claro por parte de la gente que nos acompañó que le dijo al poder político: ‘basta de desbordes y no queremos ser una autocracia’ y, por lo tanto, tenemos el poder de fuego suficiente como para evitar una descarrilamiento de la Argentina. Va a haber mucho ruido institucional, va a haber mucho ruido político, el oficialismo va a hacer un circo con su intención de avanzar con el juicio político a la Corte Suprema de Justicia pero nosotros vamos a dar la discusión con muchísima rigurosidad, con muchísimos argumentos y de cara a la sociedad, de cara a la gente. Soy de los que piensan que no hay que sacarle la cola a la jeringa y que hay que dar las discusiones a fondo con mucha fuerza e, incluso, aprovechar este debate que se ha iniciado en la comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados para desenmascarar a todos los que han vociferado en contra de las instituciones de la Argentina y desde ahí poderles dar un mensaje a los argentinos de cuáles son nuestras bases constitucionales, de qué significa el régimen representativo, republicano y federal de gobierno y también dar una discusión acerca de qué es el federalismo.

Soy de aquellos que reivindican el federalismo y no le vamos a permitir a estos patoteros, patrones de estancia y señores feudales, que tienen la banda de gobernador, fundamentalmente en muchas provincias del norte del país, que han aprovechado la coparticipación federal para alambrar sus provincias y someter al pueblo de esas provincias, a que vengan ahora a hablar de federalismo. Vamos a discutir el federalismo y, desde ahí, vamos a construir una narrativa positivo de lo que tiene que ser una nueva institucionalidad en el país.

Ciertamente ya se conocen los argumentos del oficialismo respecto del por qué impulsa el juicio político contra los miembros de la Corte Suprema de Justicia y también, desde su Mesa Política, hubo un pronunciamiento de Juntos por el Cambio que no sólo planteó el rechazo a la iniciativa del oficialismo sino que dejó en claro que, a nivel parlamentario si el gobierno no retrocede, la coalición no va a dar quórum en las comisiones ni en el recinto para el tratamiento de proyectos que plantee el gobierno ¿Cuáles son los trazos principales con que van a sustentar ese rechazo en el curso del debate que ya comenzó el último jueves en la comisión, precisamente, de juicio político en la Cámara baba?

Sobre algunos aspectos políticos ya me he referido e insisto en que creo que es un ataque que, además, tiene un condimento muy especial ¿no? Este gobierno kirchnerista, que es el cuarto gobierno kirchnerista y que encabeza el Presidente Alberto Fernández, tenía una misión sustancial que era consagrar la impunidad de Cristina Fernández de Kirchner y han fracasado. Entonces esto del juicio político a la Corte es parte de la reacción frente a ello; la reacción frente al fracaso en el intento de consagrar la impunidad. En lo que tiene que ver con los aspectos técnicos los planteos son, por un lado, supuestos chats que serían derivación de una acción de espionaje ilegal que en cualquier juicio, en el mundo, no pueden ser utilizados como una prueba válida. A nadie le consta lo que dicen las fotocopias que han presentado pero, independientemente de eso, no se puede convalidad bajo ningún punto de vista la actividad de mafias que le venden información a los gobiernos, en este caso al gobierno del Presidente, Alberto Fernández.

En segundo lugar, en lo que refiere al fallo que le devuelve algún porcentaje de coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires ha habido un temperamento en la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que ya estaba planteado en otros fallos.

De hecho hay gobernadores de provincias que han firmado el pedido de juicio político que también habían iniciado juicios con anterioridad solicitando que la Corte Suprema aplique el mismo criterio que finalmente aplicó para Ciudad de Buenos Aires y lo hizo en el fallo en el cual se dispone una medida cautelar en contra del gobierno de Mauricio Macri cuando se le quitó el IVA a la Canasta Básica. Entonces, a veces pueden gustar más o gustar menos las argumentaciones que pueden tener los fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y cuál es el temperamento y los niveles de análisis que se hacen respecto del federalismo de concertación. Es algo discutible.

Lo que no se puede discutir, en un país con división de poderes, es sí un fallo que no guste tiene que ameritar un juicio político. Eso es un disparate completo y bajo ningún punto de vista constituye un mal desempeño del tribunal.

El escenario político aparece muy concentrado en lo que ocurrirá con esta discusión se que se inicio el jueves último en la comisión de juicio político de la Cámara de Diputados, que usted integra, con esta cuestión de someter a los miembros de la Corte Suprema a un juicio político. ¿En qué medida cree usted que este tipo de situaciones impactan en población que tiene urgencias profundas más allá de la relevancia que tiene en el plano institucional esta situación?, ¿Cree que la sociedad percibe el impacto de esto o las urgencias que tiene la gente no le permiten advertir su dimensión?

Creo que la situación es bastante paradojal porque lo que vemos en la Argentina es un gran deterioro, entre otras cosas, del nivel de vida de la población tanto como el aumento de la pobreza fundamentalmente por la velocidad que ha tomado la inflación. También es cierto que mientras nosotros no tomemos el toro por las astas y ataquemos los problemas estructurales que tiene la Argentina, como la pobreza, la indigencia y la inflación, se van a seguir profundizando. Le doy un ejemplo. El gobierno trajo un paquete de leyes económicas y no tiene ningún sentido ni para este gobierno ni para el gobierno que venga en el futuro aprobar ninguna ley económica que le dé garantías a los particulares, al sector privado y al mercado, si no existe al mismo tiempo un Poder Judicial independiente que sea el garante de que ante cualquier tipo de vulneración de los derechos que crean esas normas va a poder generar una situación reparadora.

Si nosotros como colectivo, como sociedad, no tomamos dimensión de que la división de poder es un límite al poder, de que eso nos permite vivir en una sociedad de hombres y mujeres libres, cualquier intento o cualquier voluntarismo político para cambiar el país van a ser en vano. Estas discusiones que tenemos son pre-ideológicas. Acá no estamos discutiendo la socialdemocracia o  el liberalismo clásico; acá lo que estamos discutiendo es un modelo de convivencia elemental sobre el cual nos debemos parar y sin el cual no hay ninguna posibilidad de desarrollo y no hay ninguna posibilidad de futuro.

Y creo que uno de los roles que vamos a tener nosotros, durante este tiempo, es ser lo suficientemente capaces de poderle transmitirle a la ciudadanía que, aunque sea indirecto, aunque sea remoto e, incluso aunque sea complejo, sin sistema republicano no habrá Argentina prospera.

¿A su criterio una parte de la sociedad, de la ciudadanía, percibe que esta circunstancia institucional desde algún plano termina afectando lo que ahora se llama el ‘metro cuadrado’ de cada ciudadano?

Probablemente los sectores más politizados tengan más nivel de atención o de percepción de cómo afecta ese metro cuadrado; seguramente hay una porción importante de la ciudadanía lo advierte. La ciudadanía no es necesariamente homogénea. Seguramente hay muchísimas personas, probablemente la mayoría, que está mucho más angustiada por el día a día pero, justamente, y ahí vuelvo al punto anterior, porque no hay ninguna manera de erradicar la pobreza, el atraso y la decadencia que tiene la Argentina si no lo hacemos sobre la base del funcionamiento de las instituciones y para que las instituciones funcionen, como mínimo, nosotros tenemos que defenderlas de este sabotaje y ese va a ser nuestro rol.

El oficialismo cuenta con mayoría en la comisión que usted integra para avanzar con la cuestión y lograr obtener, al final del debate, un dictamen para que sea tratado en el recinto pero no tendrían el número para aprobarlo en esta última instancia. ¿Tiene certezas de que no cuentan con esa mayoría en el recinto o tiene dudas? Digo porque hay en la composición de la cámara otros bloques que, por supuesto, no son los mayoritarios como el caso del Frente de Todos y el de Juntos por el Cambio. 

No tengo ninguna duda de que el oficialismo no va a alcanzar la mayoría agravada que necesitan para proceder a ningún tipo de destitución respecto de los ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Sí me gustaría interpelar a quienes supuestamente son los moderados de esta película en el oficialismo; me gustaría escucharlo a Sergio Massa; me gustaría saber hasta dónde están dispuestos a sabotear a su propio gobierno porque así como el kirchnerismo está saboteando las instituciones y condenándose así mismo a la marginalidad política, deslegitimando a las instituciones y a la democracia, se supone que hay un sector del oficialismo que apuesta al éxito del gobierno que no va a ser posible si avanza esta embestida. Probablemente, si despiertan a tiempo, ni siquiera tengan mayoría para dictamen.

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