viernes 29 de marzo de 2024
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Blindar la vaca y otros pensamientos mágicos

En una economía estancada hace casi 10 años y sin dólares para sostener un crecimiento económico, Vaca Muerta gana centralidad en la agenda pública. ¿Por qué? Porque la producción de hidrocarburos no convencionales ya alcanza el 40 por ciento del total del gas que produce la Argentina y el 20 por ciento del petróleo, y esto permitió revertir una balanza energética deficitaria y transformar a Vaca Muerta en la esperanza del sector que va a aportar los dólares que le faltan a la economía.

Sin embargo, Vaca Muerta -que es un recurso productivo- tiene un alto costo de inversión, una inversión que si no se mantiene hará que la producción caiga a la misma velocidad que aumentó.

En los últimos tres años Vaca Muerta demandó en promedio cuatro mil millones de dólares de inversión por año y además recibió en concepto de subsidios a la producción uno de cada 3 dólares que invirtió la industria.

En este contexto, Vaca Muerta enfrenta desafíos, por ejemplo, el precio internacional de la energía: ¿resiste vaca muerta un barril inferior a 50 dólares? Por otra parte,  es altamente sensible al costo del capital y en ese sentido nuestra inestabilidad macroeconómica es central.

Se habla de blindar Vaca Muerta o de protegerla con una política de Estado. Quizás lo que necesita la Argentina es un plan integral, sistémico, del sector energético -que incluye a Vaca Muerta como un actor relevante que genera rentas- pero integrando un complicado engranaje que conforma una política de Estado que debe tener un acuerdo amplio en el Congreso de la Nación. Finalmente, sin dudas Vaca Muerta entrará en debate en las primeras instancias del próximo gobierno. Ojalá ese debate se dé sin pensamientos mágicos, siendo realistas en las afirmaciones y sin hacernos trampas jugando al solitario.

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Veinte Manzanas

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