Al celebrarse este 3 de mayo el Día Mundial de la Libertad de Expresión, la Academia Nacional de Periodismo, reaccionó con críticas hacia de Javier Milei, ante sus reiteradas expresiones y ataques verbales contra periodistas y medios de comunicación, en cuyo marco manifestó que “el Presidente no tiene ningún derecho a lanzar manifestaciones degradantes, descalificadoras e intimidantes” y sostuvo que “la democracia se convierte en un sistema político devaluado cuando carece de la vigencia plena de la libertad de prensa”.
En una declaración que se viralizó a través de las redes sociales, la Academia Nacional de Periodismo sostuvo que al celebrarse el Día Mundial de la Libertad de Expresión resulta “oportuno reflexionar sobre el papel de la prensa en un país y medios periodísticos están siendo acosados, insultados y difamados desde la cima del poder” y sostuvo que “es apropiado señalar, también, que el Jefe de Estado tiene la obligación de dar cuenta de sus actos como gobernante en conferencias de prensa, que no excluyan a nadie, y que sus ministros y funcionarios deben ser ecuánimes en la relación profesional con el periodismo”.
“La Argentina celebró en diciembre último 40 años de democracia ininterrumpida, el período más largo de plena vigencia de las libertades públicas y privadas en casi un siglo de historia nacional. Hay que seguir celebrando ese acontecimiento, pero también para recordar que la democracia se convierte en un sistema político devaluado cuando carece de la vigencia plena de la libertad de prensa”.
En el siguiente párrafo la declaración de la Academia Nacional de Periodismo remarcó: “Al revés de lo que proclaman el presidente de la Nación y sus voceros oficiales y oficiosos, el periodismo nunca negó a ningún exponente del Gobierno el derecho a desmentir una información falsa, a aclarar una noticia confusa o distorsionada o exponer sus opiniones frente a opiniones disidentes. De la misma manera, subrayamos que el Jefe de Estado no tiene ningún derecho a lanzar manifestaciones degradantes, descalificadoras e intimidantes cuando se refiere al periodismo. Resulta reiterativo dejar constancia de que ningún periodista o medio periodístico por si solo tiene el poder comparable al del Presidente de la Nación para llegar con sus expresiones en el acto a todo el país y a todos los sectores sociales”.
“Es apropiado señalar, también, que el Jefe de Estado tiene la obligación de dar cuenta de sus actos como gobernante en conferencias de prensa, que no excluyan a nadie, y que sus ministros y funcionarios deben ser ecuánimes en la relación profesional con el periodismo. En la relación del poder con la prensa no debe confundirse un supuesto favor con la obligación de los gobernantes de informar con imparcialidad sobre la gestión pública”, añadió la Academia Nacional de Periodismo que destacó que “las redes sociales han significado un enorme progreso para la democratización de la información en el mundo. Desde que ellas existen la información llega más rápido a todas las personas y, al mismo tiempo, lo hacen sus distintas interpretaciones y puntos de vista. Desgraciadamente, las redes también se han convertido por igual en un vínculo de desinformación o de circulación de información espuria”.
En su declaración, la Academia Nacional de Periodismo remarcó: “La fake news (la noticia falsa o el infundio) han llegado para quedarse en un mundo habitado mayoritariamente por personas hiperconectadas. Siempre hubo noticias falsas en la historia de la humanidad, pero nunca en la proporción devastadora de estos tiempos a raíz del uso de los nuevos instrumentos de comunicación. Ese fenómeno de por sí grave amplia y profundiza sus consecuencias negativas cuando es el gobierno el que recurre a personas rentadas para agraviar y calumniar a sus críticos en las redes sociales”, tras lo cual subrayó: “Tal perversión en la utilización del progreso tecnológico sucedió en el país en anteriores períodos presidenciables del siglo veintiuno y está sucediendo ahora”, advirtió la Academia Nacional de Periodismo.
