viernes 29 de marzo de 2024
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Al toque: El trilema energético

La difícil coyuntura económica puede encontrar su origen en la pérdida de los superávit gemelos y al sector energético como el culpable.

A final del 2003, la Argentina exportaba cinco mil millones de dólares en energía. A finales del 2015, importaba seis mil millones, casi 5 puntos del producto, que eliminaron el superávit de balance de pagos de la Argentina. Al mismo tiempo, otros 5 puntos del producto se aplicaron a financiar subsidios económicos, principalmente energéticos, que hicieron que $20 de cada $100 que gastaba el Estado en el 2014 se aplicaran a financiar subsidios, a la energía principalmente, y eso eliminó el también el superávit fiscal.

Esta situación sumergió a la Argentina en un trilema energético; por un lado, era necesario reducir importaciones y para eso aumentar la producción de energía, que venía de la mano de incentivos de alto costo fiscal. Al mismo tiempo, el alto déficit fiscal implicaba la necesidad de ordenar las cuentas públicas, bajar el gasto y por ende, bajar los subsidios. Pero para bajar los subsidios, había que arreglar el atraso tarifario más grande de la historia, en un contexto de alta inflación.

La historia reciente nos deja enseñanzas. Por un lado, que la política energética depende de la macroeconomía. También que la política energética debe formar parte de un programa integral. Y finalmente, quizás lo más importante, que de cara a las próximas elecciones, los políticos deberían expresar claramente cuáles serán las medidas para superar este trilema.

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